La evaluación como componente del proceso de enseñanza-aprendizaje centra la atención de directivos, docentes y estudiantes, dada su relevancia de dar a conocer los resultados que se alcanzan en la formación del estudiante, la calidad del desempeño del docente y la eficacia del proceso educativo. El presente artículo se sustenta teórico y metodológicamente en la evaluación y su concreción desde la disciplina FILOSOFÍA y SOCIEDAD, al aprovechar las potencialidades que brindan sus contenidos para reflexionar, intercambiar y provocar un cambio en la cultura de la evaluación del aprendizaje funcional al formativo contextualizado que tribute a la gestión de la calidad docente en la Institución Universitaria.

Reflexionar sobre la evaluación de los aprendizajes del alumnado y las exigencias de las competencias profesionales se explicite en el profesor universitario, como “facilitador y entrenador del aprendizaje” para generar un clima de calidad de la enseñanza. Sin embargo, los resultados del diagnóstico aplicado permitieron conocer por un lado, que los docentes diseñan las evaluaciones homogéneas sin considerar la diversidad existente en el aula, las características propias de los estudiantes, sus ritmos y estilos de aprendizaje; en los estudiantes se constató que se maximiza la ansiedad,  la baja autoestima al no reconocerse el esfuerzo realizado e incluso manifiestan desmotivación por la asignatura. La propuesta permite avanzar en modificar aprendizajes desde sugerencias prácticas que  favorezca  una nueva manera de enfocar la evaluación.
Palabras clave: Evaluación, evaluación diferenciada, contextualizada, formativa, proceso de enseñanza- aprendizaje.